
Edward Hopper
Lo peor de las familias son las familias. Nacemos con unos lazos familiares que, firmes o no, nos acompañarán toda la vida. La literatura se ha encargado de mostrarnos el lado menos amable de ese núcleo que pretende ser un refugio, un lugar cálido al que recurrir cuando las cosas no vayan bien. Las familias pretendidamente buenas que la sociedad y la religión nos venden deben rendir cuentas con las familias literarias. Quizá porque nos hemos creído que las familias infelices lo son cada una a su manera, el tema no ha dejado de utilizarse y reutilizarse.