Está prohibido. Tener un hijo y quedarse desnuda junto al hijo está prohibido, la sociedad no está preparada para ese horror —dios mío, una mujer tan impúdica. El mundo, lógicamente, está preparado para que el día contra el cáncer de mama, todas las famosas nos muestren sus pechos; también está preparado para ver en millones de portadas el cuerpo de mujeres semidesnudas; también está preparado para que en publicidad el mejor y mayor reclamo sea la belleza desnuda de la mujer. Está preparado para la sensualidad y la sexualidad femenina, para que bajo cualquier pretexto, artículos o series, películas o portadas de libros, veamos a mujeres desnudas. Para lo que no está preparado el mundo es para ver a mujeres desnudas fuera del cánon o, peor, mucho peor aún, a mujeres que posan junto a sus hijos. Si no hay más remedio, mejor que aparezcan dando el pecho, o semivestidas —sobre todo, que no se les vea nada que pueda mezclar obscenidad y maternidad. Dios nos libre de semejante pecado: una mujer que ha dado a luz, que alimenta con su cuerpo a su hijo, que duerme come anda vive con un hijo pegado a la falda, que después se muestre así de natural frente a las cámaras. Qué falta de escrúpulos que una madre llame arte a semejante imagen, o que abogue por la libertad mientras le da el pecho y después lo comparta en una red social, lo enseñe a un mundo inocente que no es capaz de comprenderlo.
Qué falta de escrúpulos que una madre llame arte a semejante imagen, o que abogue por la libertad mientras le da el pecho y después lo comparta en una red social, lo enseñe a un mundo inocente que no es capaz de comprenderlo.
Me quedo con eso, buen fragmento.