París no es ninguna fiesta. París son, aquí, líneas ferroviarias que se cruzan, que dan ida y vuelta, que Sara hace y deshace en este poemario que es casi un mapa, que es casi una guía, que es casi un manual de instrucciones de cómo coger el tren francés. Como si fuera, entonces, un mapa poético de París, de sus líneas de tren y de metro, los versos que se escondan tras los que miran hacia abajo (y pierden) aquí encontrarán: rutina, ventana, velocidad, vagones, revisores, madres, niños. Si digo todas estas palabras no es por costumbre, es porque desde Orry-la-Ville-Coye hasta Melun (paradas o títulos de poemas, a la fonollesca) es lo que he ido observando en el transcurso del trayecto que dura este libro. Y digo bien: trayecto.
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Principio del prólogo de Quien mire hacia abajo, pierde, de Sara Herrera Peralta (Baile del Sol). Para saber más del libro, aquí.