La gente dice que…

La narradora infantil de Díaz se llama Mariela y ha visto cosas. A punto de soplar las velas de su undécimo aniversario, oyó un disparo y se quedó sin padre. No es de extrañar, pues, que, como ella misma dice, tenga “chispazos de vejez prematura”. La madurez de esa voz, que nos introduce en una historia de secretos familiares e insospechadas relaciones sentimentales, en un pueblo que no se sacude la Guerra Civil de encima, evoca a Ana María Matute y sus narradoras, “con ojos de niña, flotando entre lo adulto y lo infantil”.

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