Barcelona, hoy
y uno se pregunta
cosas
algunas
cosas determinantes
como
por ejemplo
quién soy
dónde estoy
y todo eso
LARA MORENO
A Lara hay algo en esta vida que le gusta, en el poemario “La herida costumbre”, y podríamos decir y diríamos bien que eso que le gusta a ella es digamos en sí la vida, y es normal que le guste. Y eso que le gusta en esta vida a Lara y que puede ser algo o puedes llamarle como quieras, llamarle cosa o lunar o abismo o nada o, en fin, lo que sea, incluso puedes no llamarle, eso es lo que hemos paseado hoy. Es decir, eso que le gusta en esta vida a Lara, es lo que yo he ido paseando esta tarde por Barcelona y un poco por la mañana. Eso: cosa lunar abismo nada en fin lo que sea. Paseas a Vera sin que esté y la mimas y le das un beso en la mano que es lo único que conoces de Vera, y también paseas a la esposa de Nabokov, y paseas los cuentos que has escrito y paseas un poco las vergüenzas y las dejas ahí, expuestas, como expuesto estaba el sol, porque de verdad que ¡un calor! Porque lo que le gusta a Lara en esta vida es un poco la herida costumbre, la herida y la costumbre y la herida costumbre, y también pasear cómo uno se siente poco orgulloso de según qué palabras que escribe, o del miedo que da ir creciendo, o morirse de amor y que de pronto morirse de amor parezca un nada de nada, que morirse de amor y de intensidad y de ahora aquí y después allí y dios mío qué caótico, morirse de amor no signifique nada porque has crecido y ahora el amor es sosegado y es turnarse las noches, una tú una yo. Y junio, así, con toda su luz y esos algos que hay en esta vida y que le gustan a Lara y, bueno, lo reconozco, a mí también me gustan, junio no es un mes, es un vacío, es un silencio y es la muerte pero no la del amor, la muerte del pasar desapercibido, y en cambio septiembre. Digamos que cojo a Vera de la mano, que ya he dicho que es lo único que conozco, y a lo mejor algún rizo o la preocupación de su madre, cojo a Vera y la paseo por Barcelona, que tenía un sol hoy que ¡un calor! que no era normal. Paseo a Vera y le traduzco pernil dolç y le digo que es jamón york, y Vera, digo Lara, está al sol, y es en fin lo que sea con tal de que le guste.
Aquí, el libro del que hablo:
http://www.libreriaproteo.com/libro/ver/id/477720/titulo/la-herida-costumbre.html
Primero fue una nota: Fusa, cargada de color y anudando fuertes hilos; más tarde una Menuda, que se te iba colando entre tus intersticios.
Luego llegó Vera, que barre miguitas de ternura y luego las reparte.
Y siempre que las leo y miro esa manita, me preguntó cómo hacen, para hacerme sentir tanto si no las tengo delante.
Un tierno abrazo agradecido a las tres.
Más raro, si cabe, que sentir tanto sin tener delante… es cómo se sigue sintiendo tanto cuando se está delante. Y eso es lo que pasó.
El tierno abrazo, Isabel, te va de vuelta…
…Bueno, he llegado aquí por casualidad, después de una conversación con Lara anoche y de atar cabos que hacía tiempo me venían rondando…
…Igual algún día hablamos de estas casualidades (o igual no)…
…De todas formas esta entrada me ha estremecido, y no está mal decirlo porque no sucede a menudo…
…Salud…
Lo que sea nunca está mal decirlo ni está de más, así que te lo agradezco, Miguel. Y además, fíjate, a saber dónde nos lleva este pequeño comentario, ¿no?
Un abrazo.
Ay.
Se me ha erizado la piel.
Cuando conozcas más que la mano, verá(s).
Beso.
Ahora conozco un poco más… y lo que quiero es jugar y besar y achuchar…
Un beso, Aroa.
esta vida , poco o mucho algo gusta realmente.