Oswaldo Guayasamín
La verdad es que mi hermana era una pesada. Se pasaba el día llorando. Vivíamos los cuatro juntos y se pasaba el día llorando como una niña pequeña. De cuando vivíamos en aquel sótano sólo recuerdo dos cosas: que mi hermana estaba siempre pegando gritos como si estuviera poseída y que mi padre fumaba porros. Yo no sabía qué era un porro pero mi madre siempre estaba diciendo:
—Joder, ya estás con los porros.
No quería preguntar porque en mi casa cada vez que preguntabas algo era para que te soltaran una bofetada, te dijeran que todavía eras pequeño o que cuando llegue tu madre se lo preguntas a ella. Un día, cuando nos acabábamos de mudar, mi hermana se puso a chillar… pero como un cerdo, te lo juro.
—¡Joder, pareces un cerdo!
Y mi madre decía que no era un cerdo ni lo parecía, pero que los vecinos iban a pensar al final que la estaban matando o vete tú a saber. La vecina de arriba lo único que sabía era lo mismo que yo: que mi padre fumaba porros y que mi hermana se pasaba el día llorando. Lo primero porque lo olía por el balcón y lo segundo porque la escuchaba.
—He salido a fumar un momento, ¿sabes?, y estoy fumando… un porro, y la vecina estaba tendiendo porque de vez en cuando se le caía una pinza y la escuchaba en el suelo, y estaba yo fumando… y de repente dice: ¡joder, qué peste a porro!
Mi madre le dijo que claro que qué peste, y que además los niños, que éramos nosotros, empezábamos a preguntar qué era un porro. Pero lo más importante para mí era que mi hermana, joder, porque empecé a decir joder porque todo el mundo lo decía, que mi hermana se callara de una maldita vez. Cuando mi hermana lloraba así, que parecía un cerdo en la matanza, aunque yo nunca he visto la matanza de un cerdo, mi padre decía:
—Hostia.
Y después —hostia puta— y así iba subiendo el tono, cada vez más alto. Hasta que mi madre se cansaba de que mi padre dijera hostia puta cada tres segundos y mi hermana chillara, y decía:
—¡PARA YA, JODER, PARA YA!
Con un grito que… Pero lo que más me impactó fue un día que mi hermana estaba con el lloro y mi padre con el hostia, y de pronto… joder, la vecina puso música muy alta, tan alta que dejé de escuchar a mi hermana y a mi padre, que era algo imposible de imaginar. Ahora ya no vivimos en el sótano, sino que vivimos en casa de la abuela, y mi padre no está, que vive en otra casa, y mi madre ha dejado de dar portazos y a mí, cada vez que digo joder, me dan una hostia en la boca.
La vecina guapa quye tiende soy soy, pero se te olvido poner lo de guapa!!!!!! Jejejejeje. Un besito
Tú me haces croquetas y yo te escribo cuentos. Si encima te piropeo, tendrás que hacer más comidas ricas.
Otro besito.
Suele ser mejor parar que joder, aunque depende de las circunstancias.
pura potencia. pura perturbación. Fusa en estado puro. avanza y caen las fichas del dominó. un abrazo enorme.
escribe de una forma extremadamente simple y eso lo hace todo más bonito, cotidiano y dulce, a pesar de ser recuerdos un tanto amargos
muchos de nosotros tenemos buenos y malos recuerdos de la infancia y en lo personal creo que los malos recuerdos son los que forman el caracter. saludos
Tu estilo es tan extraordinario que no me canso de leerte.
Besos
Exacto, Marcelona. ¡Depende las circunstancias! Tú siempre con la puntita del humor…
Clinc, clinc, clinc. No sabes la alegría que me da cada vez que apareces por aquí, Pájaro. Me alegra mucho que te parezca que este cuento es Fusa en estado puro.
Gracias, Señorita Demakrada. Pienso en modo sencillo, y por eso me sale escribir así… me alegra que te guste.
Bueno, creo que la mayoría de veces es así, pero tampoco debemos sobrevalorar el dolor y los errores, que también hay que defender como una trinchera la alegría, como Benedetti…
Gracias, Isabel. Yo no me canso de tus visitas y de tu hilo. Un abrazo.
Narrativa de “papilla” Qué ha pasado con lo metáforico y lo metafísico de la literatura.
Bueno, no te enfades. Hasta donde sé, la literatura no es solamente “lo metafórico y lo metafísico”. Si quieres encontrar metáfora y metafísica, éste es un blog de papillas. Busca en otro lugar.
¡OHAI GOZAIMAS!
A mí me gusta mucho el surrealismo y la ciencia ficción, y no por ello me encierro en un solo género, la narrativa de esta fiel dama de las letras es muy especial y sublime. Las ideas se clavan en la memoria, te hace explotar la imaginación, te fusionas con la palabra escrita y eres parte de ella, sacas tus propias pinturas y no quieres que termine el relato.
Quizás, sujetos que se esconden detrás de una palabra tan evasiva “Anónimo” son subhumanos engreídos y mueren en su egolatría, piensan que los clásicos y famosos escritores son lo único que existen, pero si cree en ello, pues realmente se ofenden así mismos.
¡Saludos desde un cráter del Lado Oscuro de la Luna, jeee…!
¡Se mo olvidaba, soy Daniel O.R. el que vive en el Lado Oscuro de la Luna!
Por suerte, ni todo es papilla en la literatura ni todo es metafísica y metáfora. Gracias, Lado Oscuro, eres muy amable.