En la historia que traza Jenn Díaz, barcelonesa nacida en 1988, no hay teléfonos móviles, sino que el peso dramático de buena parte de la historia lo lleva una carta que escribe una mano escondida en un pueblo pequeño. Los personajes no tienen nombres modernos ni convencionales, sino Társila, Arcadio o Beremunda, y no por esquemáticos resultan ajenos. No hay rastro de Guerra Civil, de drogas de diseño, de miserias de la clase media; tampoco de frases cazadas al vuelo de las noticias o de internet, insertadas más o menos con calzador para dar barniz de modernidad. Sólo una voz de microcosmos que cuenta dramas de diversa intensidad sin apenas alzarse. La trama claustrofóbica en ese pequeño pueblo aislado, seco en un tiempo indeterminado, apela a las grandes emociones. Pequeños misterios que como una marea de fondo levantan olas al final de los capítulos y, como mandan los cánones, terminan en alto.
Ulises Fuente
Contentísima con la reseña de Belfondo firmada por Ulises Fuente. Pinchando en el logo, directo a “Un guiso de toda la vida”.
Y no es para menos!!!
Besotes, Fusa belfondiana…
Felicidades felicísimas :))) muy buena reseña, sí señor :))) un besoteeeee
Margot: no es para menos, no. A ver quién y cómo me van a bajar de aquí, de la nube.
Un besote enorme.
Bego: muchísimas gracias. La reseña es muy buena, sí. Y además me mete presión para ver qué hago a partir de ahora, jaja, y ya me gusta.
¡Otro besote!