
No, nadie, nunca, no, nada
en la ciudad sólo queda una mujer
que va a saber cómo perdonarnos
pero está amamantando a un animal
moribundo que es un hombre que no nació
¿qué puede quedar ahí adentro
que no lo hayamos manchado ya
que no tengamos que alumbrar
que no hayamos ya temido
que no nos muerda en la noche?
No, amor, nadie, nada, nunca
el poema es un laberinto de mentiras
donde nada es lo que parece
y tu boca habla como una mujer herida
que no entiende de normas de mundo de mí
que nadie sepa del temor mío
no lo ahoguen otras manos ni lo miren
ni le midan las huellas que dejan los pasos
que vienen de atrás marcando
el mismo camino que si fueran adelante
confundidos
No, no, amigo, nunca, nadie, nada
Ay, Fusa, ¡y cómo hablan las mujeres heridas… que lo hacen con palabras, con gemidos, con silencios, con huidas…!
Un beso.
Me alegro en haber llegado.
Transitar palabras que tiemblan pero gritan.
Wara: las mujeres heridas hablan como mira la mujer del cuadro. Estuve un buen rato buscando una imagen que le fuera ver… y esos ojos se delataron.
Un abrazo.
ALE.: muchísimas gracias, Ale. Me alegra que estés por aquí… espero que te quedes.
Un saludo.
Demasiadas negaciones…
Tal vez la herida fue muy profunda.
Un abrazo
Virgi: me gusta que leas demasiadas negociaciones en este poema… supongo que soy yo contra yo, en un acto de negocio, sí.
Un abrazo y gracias.