Y perderé la última voz

La voz, Edvard Munch

La tierra quedará cómoda para los dulces
nadie va a recordarte cuando no te quede
fuerza en la boca para cerrarla y se te
escape de entre los dientes cualquier
mentira piadosa

Ya sólo estamos el uno frente al otro
y no podrías salvarme de esta altura
ni siquiera tú, anclado de pies como andas
arrastrando cualquier razón para quedarte
enraizado en ti

Nace en tu cuerpo una ola de mar nocturna
y nunca antes sentiste tanto calor como
para querer lloverte sobre los pies, cayendo
de las piernas que apenas sostendrían una
cabeza huidiza

¿Qué podría pedirte a ti que cambiarías tu
corazón por uno que pesara menos, que no
fuera suficiente? Nada va a quedar para
los que perdieron el paisaje más triste
de aquel cuento

Pero pisa, que nadie va a juzgar si necesitas
que se te venda el alma, cuando vayas a morir
sólo di mi nombre y perderé la última voz,
la que vaya a servirme para calmar tu frialdad
esa vez más

4 thoughts on “Y perderé la última voz

  1. Me intriga la imagen de 'Nace en tu cuerpo una ola de mar nocturna' y me intriga igualmente (y me pregunto lo que significa) 'cuando vayas a morir / sólo di mi nombre y perderé la última voz'.

    Un beso

  2. Tristemente transparente.
    Llueve a mi alrededor mientras te leo, ¿será el efecto de tus palabras o el gris en algún rincón de mi alma?

    Me alegra que haya puesto de nuevo los comentarios, querida Fusa.
    Mis besos tiernos.

  3. Entonces mejor perderla… Yo anuncié en FB hace unos días: “Aviso: estoy perdiendo la voz” y fue verdad, la perdí, a pesar de los hábiles ejercicios respiratorios que me recomendaron, recobré sólo media voz, pero en el camino salieron otras cosas, se inflamó la garganta, llegó la tos intempestiva, dolió un oído y la escritura siguió ahí, amurallada, atrincherada, sin dejarme pasar… ahora me parece que salgo, pero al oscurecer vuelve el malaise…

  4. Giovanni: quería decir algo así como: cuando vayas a morir, di mi nombre y allí estaré y diré lo último, porque moriré también a mi vez, contigo. Pretendía ser una declaración de amor camuflada, o algo así. Lo de la ola es una imagen que vino sin saber… y no tiene mayor explicación. Un cuerpo pariendo una ola de mar siendo de noche. Jaja, qué sé yo.
    Un abrazo.

    Virgi: muchas gracias, Virgi, también yo me alegro de haberlos habilitado. Me gusta leer poemas grises cuando llueve, sí, el efecto debe ser otro que cuando hace sol. ¡Que se vaya el gris de tu alma!
    Un abrazo.

    Belnu: es que al anochecer vuelven todos los malaises… se visten de voz que parpadea o de cualquier otra cosa. Espero que liberes a la escritura, que no se quede presa de nada.
    Un abrazo.

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