Está tapada hasta la barbilla
oliendo a enferma, rodeada
de un blanco que da arcadas.
Por un momento, parece que no
vaya a tener un cuerpo bajo
las sábanas que la cubren.
Intento recordarla cómo era antes
de esa cama, antes del dolor.
Ya apenas tenía piernas, ya
desaparecía su vientre, ya siempre
estuvo enferma y pálida.
Ya nunca fue una madre viva.
Me conmovió mucho el escrito, la fotografía me impresiono y los recuerdos llegaron a mi cabeza, fue un buen post por que definitivamente logras transmitir a donde se quiere llegar.