Esto era el miedo y yo ya lo sabía.
Esto era y huele como tu sexo que
huele como serrín mojado que huele
como agua en los zapatos que huele
como la boca de un sapo sin beso
que huele como el desierto que huele
como un incendio que huele como tú.
Esto era el miedo y ya me lo temía.
Esto era y duele como tu sexo incendiado
que duele como un zapato sin boca
que duele como un beso mojado
que duele como un desierto de serrín
que duele casi tanto como tú.
Esto era el miedo y ya me lo aprendía.
Esto era el miedo, pude reconocerlo.
Fusa, es enorme y desolado.
Muy bueno. Muy angustiante, muy íntimo.
Te abrazo.
Gilda: yo no soy objetiva con este poema (con ninguno, pero menos éste) porque está escrito desde el temblor mismo del miedo, pero puedo reconocer lo que dices… es íntimo, mucho, desolado, angustiante. O al menos eso pretendía.
Muchas gracias, querida.
Otro abrazo.
uisss voy a beber un poco de agua, me has dado sed :) sí que es un poema que acerca, casi como a microscopio, el miedo, pero algo bueno le veo, y es que está reconocido, de esa forma, se puede enfrentar, y vencer :) un beso muy grande!!! que compense todos estos días, y semanas también, que no me he acercado por aquí :)) biquiñosssss
Muy creativas las metáforas! Parece ser un miedo grande, pero no lo sentía así, sino casi como un miedo agradable, aunque no tengo nada de masoquista.
Un abrazo
Ufff, Fusa, que no sé qué decir a tantas imágenes en las que se descubre el miedo… se me ocurre que un miedo que “se aprende” y reconoce no es que haga menos daño, pero quizás es ya más fácil de vencer.
Besos.
hueleduelegolpea
mil besos*
¡uf! me da un no sé qué…como un conquilleo de angustia…algo así..
A veces nos dejas sin respiración, querida Fusa.
Que nos pasa esta primavera que nos hace crear miedos oscuros, densos, espesos…
Me dejás sin aire. Sin aire. Esto es el miedo, Fusa, así, tal como lo escribiste. Tu poema es arrasador y espléndido. Y tan dulce, también, que podría ser una canción, cantada en un susurro en un tren a alta velocidad. Te abrazo fuerte.
Hace poco sentí algo pero no sabía como describirlo. Creo que has hablado por mí.
Abrazos.
Vuelvo a visitarte.
Extrañaba tu entradas.
Besitos
Mi miedo mayor es el de tenerle miedo al miedo, pero el olor lírico de tus poemas me reconforta, que he leído este y otros anteriores en tu blog y más que miedo, subjetividad lírica siento.
Qué bo ni to! Y qué conseguido! Me ha encantado y conmovido.Unabrazo sin miedo
Galicia maravillas: supongo que sí, que es una lecutra, no basta el miedo, hace falta reconocerlo.
Un abrazo, Bego.
Giovanni: jaja, bueno, a veces el miedo atrae, uno se deja ganar por él y, si desaparece, se extraña. El miedo siempre es miedo, casi no hay malo ni bueno, como dice Calamaro del veneno.
Un abrazo.
Wara: sí, como poco está localizado y uno no da palos de ciego, o sí, los sigue dando, pero el dolor se puede focalizar.
Un beso grande.
Rayuela: desde luego que debería existir esa palabra para poemas como ése, para la sensación que hubo detrás.
Un besazo.
Virgi: me gusta más conquilleo que cosquilleo, jaja. Ya pasó el poema y casi no me acuerdo de la angustia del momento de escribirlo, ahora se me hace raro contestaros…
Un beso.
Isabel: que no sean para mal esos segundos de contención, pues. Muchas gracias, hilandera.
Malvada Bruja del Norte: y el verano, y el otoño, y el invierno, jaja, siempre se le hace un hueco al miedo oscuro…
Un besos, bruji.
Pájaro de China: el miedo también es una niña que se lava en el mar su primera menstruación, ¿no? Que tú te quedes sin aire, Mariel, si te lo quedaste todo.
Un abrazo muy grande.
Clarice Baricco: hermoso, entonces, que además se confundan las voces. No es que dé menos miedo, pero se soporta diferente.
Un abrazo.
Virgi: también yo extraño las palabras… y supongo que se acabó el silencio. No sé qué quería demostrarme pero supongo que ya está. Gracias por venir.
Un beso.
Wílliam Venegas: muchas gracias y bienvenido. Supongo que si del miedo se puede sacar un poema, ya nos podemos dar por satisfechos.
Un saludo.
Erato: muchas gracias, me alegro de que te haya gustado y conmovido. Como decía unos comentarios arriba, casi ya no me acuerdo de cuando lo escribí, es raro volver a ese momento.
Un abrazo.
En efecto, el miedo se huele… y duele.
Saludos.