Lleva a la mujer rubia cogida de la mano y la va acariciando un poco como deseándola. La mujer se está pellizcando las mejillas para sonrojarlas, después de tanto tiempo en la estantería estaba empezando a coger algo de polvo. El libro, torpísimo en sus maneras, la acaricia tan fuerte que le tira de un pelo que se le ha quedado enredado en el cordel rojo que lleva pegado al lomo para no perder la página. A su trabajo de archivero va todas las mañanas en combinación de metro y autobús y, al llegar el suyo y entrar, no encuentra sitio para sentarse. Se coloca en el medio, se abre de piernas anchamente para tener más equilibrio y pone entre sus manos a la mujer rubia que ya está lista y nerviosa para que la lean. Antes, eso sí, echa un vistazo a las demás personas que los libros están leyendo y se encuentra con un hombre de pelo rizado y gafas redondas que está a medias entre Woody Allen y Roberto Bolaño, el libro que le está leyendo sonríe a cada rato, encuentra una mujer espectacular que en nada se parece a la suya, siendo también algo guapa, no se parece en nada y tiene los labios rojísimos y poca ropa ya: prácticamente está acabada y lista para devolverla a la estantería, se encuentra un tipo serio con pinta locutor de radio que está siendo leído por un periódico gratuito del transporte público. Después, se pone con su mujer rubia y, como no recuerda lo que había leído ya las otras veces que se puso a ello, la empieza por el principio: le va quitando el zapato izquierdo.
Es precioso, fusa. ¡Gracias, gracias!
Un poco más allá hay un libro rechocho de páginas muy gruesas y coloridas. Es un libro infantil que lee un niño rubio de grandes ojos que, si lo pone junto a la ventana, al sol, se vuelven verdes. El niño tiene dentro pingüinos, focas, y osos polares bebés de culetes tiernos, unos animalillos redondos llamados don patés, y al libro se le empiezan a poner las páginas coloridas, llenas de ilustraciones de gran fuerza, de aruoras boreales, de sueños. Es un niño muy bello, y el libro piensa, lleno de ternura, que no dejará nunca de leerlo.
Estefanía: puedo imaginarme perfectamente a ese libro leyendo entregado a ese niño hermoso, puedo también imaginarme a muchos de los que no tienen personas para leer en el metro mirando de reojo, intentando ver cuál es el título, cómo es la portada, si consiguen dar con el color exacto de sus ojos. Puedo imaginármelo y, ¿qué no podemos imaginar, ya?
Gracias a los dos.
Un abrazo.
Simplemente precioso.
Sara Royo: muchas gracias, guapa. Me tiene dudosa la hsitoria, la forma, todo, esta aventura, así que me alegra mucho que te guste.
Me encantan estos pájaros, Fusa; me pareció entender que decías no estar segura de qué pretendes con estas historias, pero sea lo que sea, te lleven a donde te lleven, algo genérico o concreto, quizá pinceladas sueltas, son realmente increibles. Es un mundo de fantasía precioso, Fusa.
Muchísimos besos y felicidad.
Estoy deseando que un libro de tapas verdes y fuertes comience a leerme, de esos con ilustraciones que van saltando a cada rato…
O tal vez ya me haya sucedido, me da que sí.
Por lo demás, desvarios aparte provocados por ti, decirte que es un precioso regalo.
Besos, Fusa!
Wara: sí, no estoy segura, porque mi intención es que lo lean niños, pero no sé si es una historia para ellos, no sé tampoco en qué edad iría bien, pero bueno, de momento me lo paso bien y si además disfrutas leyéndolo, mejor que mejor.
Gracias y un besazo.
Disfruta de las vacaciones.
Margot: ¿una de esas ediciones de la Metamorfosis de Kafka, por ejemplo, un libro que te lee que a su vez tiene una ilustración que es un gato que te mira también? A fin de cuentas… eres una lagartija, jiji.
Muchas gracias, hermosa.
Un beso.
geniallllllllllllll!!!!!!!!!!!!!!!!
el relato es una delicia!
y esperá…de mi biblioteca saltó un gato, me está sacando los anteojos!
mil besos*
(y feliz cumple para Ariel)
Rayuela: qué delicias tendrás tú en la biblioteca para que te salga un gato intelectual y algo miope.
Gracias, Silvia.
Un beso.
¡¡Qué chulo!!
Isita: le tengo yo una simpatía especial a este libro que lee personas, sí. Me alegro de que te guste.
Un beso.
Fusa, me encantó el texto. Es una perspectiva diferente, pero no por eso improbable.
Saludos!
Cuentochino: muchas gracias. En el caso de que fuera improbable, igual se está cómodo en ese otro lado.
Un saludo.