Marianne tiene seis años
y dice traje de baño
en vez de bikini, dice
macuto en vez de mochila
y va cargada de tristezas
de antaño, de cuando
las mujeres no se pintaban
las uñas y los hombres
todavía fumaban en pipa.
Marianne anhela una vida
que no es la suya
(que no es de nadie)
y se pregunta, oh Marianne,
por qué no fue una reina
y en la corte todos la miraban.
Marianne trae en la mano
el ronquido de una madre
y el canto de unos pájaros
que ya están afónicos,
desplumados, locos.
Marianne muere en mis sueños
y me grita como una princesa
consentida.
y qué te grita Marianne
antes
de morir?
bello,muy bello*
mil besos*
Rayuela: me grita que la deje ir al pasado, a revolver la seda y todo el oro, que la deje ser una reina sin dueño… me pide ser la dueña de todo. Y no.
Un abrazo, Silvia.
Escuchala, y contame.
Qué hermoso, hermosa Fusa!
Mejor ser plebeya feliz que princesa consentida.
Besitos, linda Fusa
Alguna vez, todos anhelamos una vida q no es la nuestra.
Precioso poema.
Un besico.
Querida Fusa, otra vez se me juntan unos cuantos textos tuyos por leer, pero si bien me da pena no poder leerte puntualmente, luego me pego una especie de atracón que me sienta la mar de bien. Gracias.
Besos.
Yo también te gritaría en sueños, y querría ser mimada y consentida…¿quién no lo intentaría, sólo por escuchar uno de tus cuentos?
Marcelo: voy a tener que escuchar finalmente a Marianne, sí, Marcelo, porque algo tendrá que decirnos si está por aquí, colándose entre los versos, ¿no?
Gracias, M.
Un beso.
Virgi: mejor, sí, pero una nunca elige lo que puede ser, ¿verdad? Marianne, la dulce y tirana Marianne. Me la imagino como una princesa joven y antigua como la de los cuadros.
Un abrazo.
Sara Royo: alguna vez y muchas veces hemos anhelado ser otra persona, supongo que por eso me grita en sueños siendo otra que intenta ser otra.
Un besazo.
Wara: no te preocupes, también yo ando bastante dispersa (bloguerística y vitalmente hablando, ejem). Aquí siempre tienes un hueco, más todavía a destiempo.
Un abrazo y gracias.
Malvada Bruja del Norte: ah, si es que… eres de lo que no hay… si es que… te contaba todos los cuentos del mundo, linda. Muchas gracias. Me alegro de verte.
Un beso.
Un beso
Otro de vuelta, Marce.