Estás ahí apoyado en tu juventud,
dejándote caer de ella, buscando
unos ojos de complicidad, esperando
que los demás se acuerden de las
mismas cosas que tú, queriendo
retroceder hasta ser un desconocido,
volverte para adentro. Estás ahí
y ya es hoy y ya eres tú y ya estoy
tras de ti, sin escapatoria.
Estás a pesar de ti, de mí, y desearías
que no fuera así, que tu juventud
se apoyara en ti y te aplastara,
tu época gloriosa, tu alegría,
toda la fuerza. Estás aquí, maduro:
abre los ojos, mírate. Ya no hay tiempo.
Si me preguntarás por qué me he acordado de este poema de Ángel González al leerte ahora, me quedaría en silencio, Fusa, que es una de las maneras que tengo que decir (qué), quizá, incluso, la más frecuente…
'Otro tiempo vendrá distinto a éste.
Y alguien dirá:
«Hablaste mal. Debiste haber contado
otras historias:
violines estirándose indolentes
en una noche densa de perfumes,
bellas palabras calificativas
para expresar amor ilimitado,
amor al fin sobre las cosas
todas.»
Pero hoy,
cuando es la luz del alba
como la espuma sucia
de un día anticipadamente inútil,
estoy aquí,
insomne, fatigado, velando
mis armas derrotadas,
y canto
todo lo que perdí: por lo que muero.'
Un dulce beso, linda.
(*: qué preciosidad, no se me ocurriría recriminarle nada a Angelito, con esos poemas que se gasta. Todo un halago que este mío te haya llevado a esos versos que, por otra parte, son nuevos para mí, ya ves.
Un abrazo.
Creo que no hay nada en este mundo que me guste más que los versos volando de acá para allá… Venía a leerte de nuevo, sin haber visto los comentarios, y pensé en dejarte un poemita aquí junto al tuyo, preciosa. Y mira por dónde… (* ya lo había hecho antes y me alegro muchísimo (encima es que es un poemazo, jejejeje), porque según venía me he dicho que no, que no era ese poema lo que yo quería, pero sabes que me cuesta renunciar a unos versos… Ahora, gracias a Luna, no me veo obligada a dejártelos e intentaré decirte lo que de verdad quiero (si puede ser por mí misma, ya veremos).
Tu poema duele, F., duele a cada verso porque es una verdad frente al espejo con todas las luces alumbrando al tiempo.
Últimamente, me muevo a base de golpes o lecciones o como quieras llamarlo, no lo sé. Últimamente, me siento desnuda y desprotegida como nunca antes y tiendo a buscar refugio en los momentos en los que me recuerdo más fuerte. Luego descubro que son sólo recuerdos idealizados y que si en aquellos momentos de mayor alegría me hubieran dado golpes parecidos, no habría conseguido levantarme. Descubro que soy más fuerte ahora que antes, pero al tiempo mucho más frágil, capaz de deshacerme en añicos si me tocan en un sólo punto, después de tanto golpe y autorrecomposición. Y es hoy, ya es hoy, ya ha llegado ese momento que sigo intentando inútilmente postergar, ya soy yo aunque no quiera y me resista, ya no hay nada que hacer para remediarlo, no hay tiempo y no me atrevo a mirarme.
Así de literal es tu poema para mí, preciosa mía, porque por primera vez en estos años (fíjate que ya es plural, F.) me siento “él”, al que le gritas que a pesar de él, a pesar de ti, es hoy y es ahora y no hay más tiempo… Un auténtico golpe que ojalá supiera agradecerte mejor…
puff
Te quiero, F.
Hoy es hoy y no lo sabremos hasta mañana. La tragedia del tiempo que huye, sin apenas percibirlo.
Me gustas, Fusa.
Un abrazo
Gloria: ah, uh, eh… no sé qué decirte, llegas aquí, con esos ojos, con esa fuerza, tan desnuda, tan que llegas… y no sé qué decir. Me alegro de que el poema te diga tanto, te llegue… lo hagas tuyo. Supongo que una parte de mí escribe precisamente para eso, para tocar, llegar, morir, ¿no?
Pues venir aquí siempre que quieras y para lo que quieras, no hace ni falta que te lo diga, ¿eh? A dejar poemas o a lo que te dé la santa gana.
Un abrazo.
Virgi: gracias, mil gracias. Me gusta gustarte, que sigas por aquí y te pasees por lo último. El tiempo irreparable que huye… por lo menos mañana sabremos que ya hoy es hoy, por lo menos, algo.
Un abrazo.
Ya no lo hay, ya no lo tengo. Pero puedo leer una poesía que al recordármelo, me lo da.
Un beso
¡Marcelo! Qué paseo tan encantador te has dado por estos fragmentos a destiempo. A la juventud uno tiene que volver de la mano de un poema, no siempre de puntillas.
Un beso.
te creo Fusa!
Como yo vuelvo a la infancia así, Marcelo, a veces en poema a veces de puntillas…