Karen, Eduardo Arranz-BravoSi vas a hablar para que nadie nos entienda
Karen nos va a oír.
Su padre le está hablando y ella dice:
se aprende más observando
a los caracoles que estudiando.
Lo dice, lo dice y su padre se maldice por dentro.
Si vas a hablarme sin que se sepa
Karen nos va a oír y no habrá vuelta atrás.
La madre superiora le está hablando y dice:
ya sé que prefieres andar descalza
por la playa que estudiar.
Lo dice, lo dice y la monja no alcanza
el cuerpo de Karen, ni su cabeza.
Si vas a hablarme con silencios debes saber
que Karen nos está siempre oyendo.
Y me preguntas:
¿quieres que nos asustemos, darling?
Pero yo ya lo estoy. Yo ya lo estoy.
Detrás: el padre, la monja y Karen.
Fragmentos de interior 
Karen me gusta, y darling también. Además, me gustaría andar descalzo por la playa…
Bonito poema!
Esa incertidumbre conocida…
Ella observa, anda descalza, siempre escucha y aprende ¡cómo no!
Karen, tan azul y gris, silenciosa su cara y escuchando… debe ser difícil alcanzar su cabeza, ajá, sí, eso parece al ver su imagen.
Que no nos oiga… besos con caracoles!
Giovanni: a mí también me gustaría andar ahora descalza por la playa… pero ahora en Barcelona toca nieve y botas de agua y ver sonreír a todo el mundo, como si la nieve forzosamente nos tuviera que poner de buen humor.
A mí Karen me encanta… es la protagonista de El detén, de Claribel Alegría. Una maravilla.
¡Gracias!
Isabel: ah, que si aprende, que si aprende… de los caracoles y de cualquier cosa aprende esta Karen. Y sí, toda ella, esa incertidumbre conocida y también ajena.
Un saludo.
Margot: a ver si acabo el librito y lo subo a la librería de bolsillo, porque esta novelita es una hermosura, estoy convencida de que te gustaría. Lo que no sé dónde se puede encontrar, si se sigue editando… yo la tengo del mercat de sant antoni, puestecitos de viejo..
Un beso, preciosura.
maravillosa Karen!
maravilloso poema!
(te ofrezco mi playa para caminarla,hoy está azul, como supongo es Karen…)
mil besos*
Rayuela: lo que me cuesta entender que en Argentina ahora esté en otra estación, jajaja. Gracias, Rayuela, espero que alguna vez tu playa azul también sea la mía.
Un abrazo.