
Josefina R. Aldecoa devora a las mujeres. Y se podría decir que literalmente si fuéramos fieles a la raíz de la palabra y en este caso quisiera expresar que se come a una mujer y la convierte en literatura. Así pues: Josefina R. Aldecoa devora literalmente a las mujeres. Porque La enredadera dicen que narra la historia de dos mujeres, Clara y Julia, con un siglo de diferencia. Y yo discrepo. Yo creo que La enredadera narra la historia de todas las mujeres que existen y que están por existir. Yo, que ni hace un siglo que nací, ni he vivido todavía la madurez en mis carnes, yo, que no soy de ninguna de las generaciones de estas dos protagonistas, ni siquiera de la autora, leo La enredadera y leo dentro de mí. Me leo. ¿Y cómo puede ser eso si sólo se narra la historia de dos mujeres? Pues por eso mismo que decía al principio. Porque Josefina en esta novela habla de la mujer, como si pudiera reducirse tal cosa a unas páginas y a unas palabras. Lo hace. No sé cómo, pero lo hace. En este caso, sumergiéndome en estas historias paralelas y encontradizas, puedo darme perfectamente cuenta de que sí, de que la mujer, tan laberíntica, tan perdida tantas veces, tan inabarcable, la mujer puede limitarse. Porque Clara, que se casó con un hombre rico, un indiano, y queda totalmente subyugada a él y más tarde abandonada por él, con una única hija que acaba por dejarla sola metiéndose a monja, se parece tanto a Julia, una mujer independiente, moderna, libre, casada y divorciada, o distanciada, con aventuras por dentro y por fuera de su cuerpo, con un hijo. Y, ambas, tan parecidas a mí, o a ti, o a ti. O a ti. La mujer, lo femenino, tan infinito e indefinible, puede acotarse en una novela a dos voces: una en primera persona y otra en tercera persona. Y no se sabe decir cuál es más cercana: si la primera persona, tan íntima, la de Clara, tan espontanea, tan coloquial, tan de adentro, y a la vez tan lejana en el tiempo, tan de otra realidad, o la de Julia, tan fría, tan en tercera persona, tan que no se oye su voz sino una voz que habla de su voz, y tan contemporánea. No es casualidad que esta asfixiante enredadera salga de las páginas del libro y trepe por la condición de mujer que todos, hombres incluidos, tenemos más o menos escondido. No es ninguna casualidad porque Josefina es una experta en la condición femenina. No por mujer, sino por literalmente devoradora.
Os invito a conocer La librería de bolsillo, de Estefanía González, pinchando aquí. Espero que os guste tanto como a mí.
Aquí a la derecha dejaré un link permamente que se actualizará con las nuevas entradas. Algunas mías, algunas suyas.
No conozco a esta escritora, pero despertaste mi interés. Veré si consigo su obra aquí.
Anduve por La Librería de Bolsillo, muy buen sitio!
Besotes!
Rayuela: A mí me gusta mucho La librería de bolsillo.
Es un blog algo apartado, no hay muchos seguidores. Y en el fondo eso también le da encanto. Me alegra mucho mantenderlo vivo, ahora que estaba algo dormido.
Como le digo a Miriam, espero que por allí lo encuentres, sería un honor para mí que leyeras la novela por este texto.
Un beso, Rayuela.
Verificame este dato: le dicen indiano al español que vuelve de América?
Un beso
Así es. La brujaroja te lo ha explicado perfectamente.
Un abrazo.
Tu comentario me ha despertado un enorme interés por leer ese libro…
Vengo a darte las gracias por tu visita a mi casa. Por mi parte, amenazo con volver.
Besicos.
Sara: La verdad es que lo hago por puro placer. Cuando escribo sobre La enredadera o La hojarasca, que acabo de subirlo, no pienso en si de esa manera voy a conseguir que alguien lo lea. Pero sería todo un honor. Al fin y al cabo una reseña es eso, ¿no?
Yo también amenazo. De hecho, llevo varios días visitándote.
Un saludo.
A lo mejor es que el arte es esto: hablar del universo entero cuando hablas de lo más concreto.
(Para Marcelo, sí: se llama indianos a los emigrantes que volvían de las Américas. Hasta tal punto está consolidado el término, que hay una arquitectura muy concreta, que son las “casas de indianos”, en Asturias hay muchas: una especie de palacetes que los que volvían con mucha pasta se hacían construir en su pueblo)
Bruja: Eso es una maravilla, sí. Quizá sea el arte. Hablar de algo de todos y que parezca que hablas de algo pequeño. O al revés. Y creo que en La enredadera Josefina lo consigue.
(Y qué bonitas las casa de indianos, ¿verdad?)
Un beso, bruja.
Y luego de lo dicho, no queda mas que leerla. Porque creo profundamente que lo que dices es verdad. Porque si para ti es así , que puedes plasmar tantas cosas que le pasa a la gente con tanto tino, debe ser realmente así.
Leeremos entonces al la deboradora…
Besos
A mí me gustó mucho. Y creo que objetivamente es una gran novela. La recomiendo de verdad. Pero eso es tan subjetivo. Si me preguntas tú, te digo que creo que te gustaría. Espero que puedas encontrarla por allí.
Un beso, linda.
Ya había anotado el título, que reconozco no haber leído. ¿Sabes? Me guste o no la historia si llego a leerla (mis caminos entre libros son muy extraños), lo que me agrada de antemano es la posibilidad de encontrar algo de mí en ella.
Un abrazo, Fusa. Ah, sí, tan pronto como pueda me paso por la librería de bolsillo. Por supuesto.
Sí, recuerdo que te lo recomendé tras leer aquella entrada tuya de los lirios. Te lo sigo recomendando. No sé si te gustaría, pero, como he dicho antes en otro comentario, me atrevo a decir que soy objetiva cuando la recomiendo. Aunque yo objetiva no sea nunca en mi vida.
Un abrazo.
Pues “mea culpa” porque a pesar de mis añitos no he encontrado el momento de leerla. Fusa, veo que te estás haciendo una experta en literatura escrita por mujeres en España en el siglo XX. Cuando tenga dudas, ya sabré a quién recurrir.
Un abrazo enorme, preciosa.
(¿qué tal una reseña sobre una de las grandes de nuestro “petit país”? Sabes a quién me refiero, ¿verdad? sólo es una sugerencia…)
Experta igual no, porque no sé mucho de teoría y las reseñas son bastante subjetivas e impersonales, pero sí algo adicta a todo ese mundo. Y lo hago sin querer. Bueno, llego a la librería y me voy de cabeza, pero no es premeditado. Sólo que, una vez dentro, digo: ay, si es que esto es lo que me llega.
Un abrazo, Bel.
(¡¿Quién?! En nuestro petit país hay más de una grande… pero ahora no sé quién tiene un libro que reseñar. Anda, que estoy espesa, dímelo, seguro que se me ha pasado y si se me hubiera ocurrido antes a mí no hubiera dudado…)
Pues gracias por la recomendación…no he leído nada de ella, pero prometo solemnemente hacerlo, y dada la recomendación, empezaré por La enredadera.
Yo no he leído más de Josefina. Quiero hacerlo, pero antes quiero descubrir otros autores. A veces me encabezono con uno, como me pasó con Martín Gaite -aunque fue preciso y necesario para la época- y me pierdo otros ojos y miradas. Pero volveré a ella, seguro.
Hace tiempo que no vuelvo a J. Aldecoa.. y esta novela no la he leído, es un buen momento, ajá… ya te contaré.
Sabes que ahora estoy con Gopegui y “Lo real”? jajajaja. Y voy a buscar en ná ese que comentas de la Ginzburg. El de ensayos también lo vi hace poco y tentada estuve, pero al final me decidí por uno de cuentos de Alice Munro (recomendable ésta mujer, Fusa, creo que te gustaría.)
De verdad que no soy misógina-feminista (jeje, me lo acabo de inventar) pero últimamente sólo cae en mis manos literatura femenina…. y no significa nada más allá de un entendimiento mutuo en la mayor parte de sus páginas. Como contigo y tus letras, niña mía.
E imagino que por saldar cuentas, tantos y tantos hombres publicaron durante esos años… que no se trata de sexos, eim?? se trata de escritoras ocultas en la mayor parte de las reseñas literarias y mis ganas por descubrirlas. La literatura no tiene sexo pero sí tuvo tabúes sociales y esos son los que me joden…
En fin, eso!
Besos todos!!
El de la Ginzburg está en la editorial Pre-textos. Si en la librería no lo encuentras, porque por aquí yo no lo había visto, búscalo en internet que sí está. Y además es una edición más o menos moderna, no creo que sea difícil encontrarlo. Me ha encantado el libro. Lo he leído en dos días. Creo que será mi próxima reseña en la librería de bolsillo. Y, a propósito, estoy loca de contenta con que participes, espero ansiosa tu primer texto.
(Me apunto Alice Munro… visto lo visto, cosemos lo mismo.)
Yo tampoco estoy en plan feminista, aunque encontraron mi blog, me lo dice la estadística de wordpress, poniendo en google fragmentos de literatura feminista, jajaja. Pero qué va. Sólo me apetecen lecturas así, de mujer a mujer, de empatía. También leo a hombres. Sobre todo porque H. me recomienda y yo le recomiendo de lo mío. Disfruto con ellas y ya está, es cuestión de goce, de nada más.
Besos, hermosa.
porfavor presenta la flor de la enredadera
No sé exactamente a qué se refiere.
¿Que ponga una fotografía de una enredadera?
Fusa, te estamos liando entre el anónimo y yo. Me refería a la Rodoreda (¡que suena, sí, como enredadera!).
Un abrazo, preciosa.
Jajajaja. Y otro anónimo que dijo en otra entrada que si podía adivinar unas preguntas. ¿Y cómo?
Entre eso y que me despisto con facilidad…
Al principio pensé que nuestro petit país era éste, nuestro petit país, y me puse a pensar en escritoras catalanas. Y después dije: calla, que a lo mejor habla de este petit más petit todavía, la blogosfera, a ver que piense…
Y ya tienes la confusión. Pero soy Fusa, ¿no? Que esperábamos…
Sólo he leído La plaça del diamant, así que, tienes razón, lo haré. Vola, Colometa, vola…
Un abrazo.