La vida familiar y la vida cotidiana, que a ustedes pueden parecer cosa femenina, es decir, cosa concreta, es decir, cosa prescindible, es lo único que encontrarán en el relato de mi vida, que tanto trabajo me está dando, por ofrecerles a ustedes algo harmonioso pero fiel. Eso doméstico que ustedes están cansados de vivir, es todo cuanto tiene la narración de este diario. Es, a partes iguales, aburrido y fascinante. Ustedes ya saben de qué hablo porque, como yo, están inmersos en el mismo quehacer que el mío: vadear la obligación.