Un hombre dirá de ellas que son chiquillas, en algún momento —cuando deba defenderse. Siempre es lo mismo con el hombre y las muchachas. Las empuja la ciudad y ellas son soberbias como soberbio es el cuerpo inmaduro, irresponsable. El hombre dirá de ellas que son unas chiquillas, qué puede decir. En la ciudad habrá hombres y unos sabrán la verdad y otros tendrán miedo porque el miedo los hace más respetables. Siempre es así con el hombre y su convencimiento, la seguridad de estar haciendo el bien, el bien de las chiquillas, el bien de las esposas. No son unas chiquillas pero no sé qué son, en la ciudad hay personas que compran el diario todos los días, tampoco sé qué son, y también hay personas que nunca lo hacen y yo soy de esas personas.