los hermanos no tienen alas
¿pero las madres?
pensamos que podríamos encontrar una buena protección
justo ahí donde empezaba su mano
sucia, áspera y fea
éstas son las manos de una limpiadora, decía
y ya sólo nos quedan algunas migas por recoger
pan duro, olor de comida recién hecha
y un dolor muy fuerte en el pecho
un dolor verdaderamente fuerte
y en el pecho
Dolió.
Y lo único que siempre puedo decir ante algo así, lo que duele es la ausencia…
Un abrazo Fusa!