Pude haber sido yo misma

Wislawa Szymborska

Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien completamente diferente.

WISLAWA SZYMBORSKA

Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera. Y también pude haber sido una que, escapando de otro nido, no hubiera quedado tan rota, tan partida. Y todo el orden lógico de la vida (hay vidas que tienen un orden lógico) se habría dado sin más sobresaltos que los sobresaltos lógicos del orden. Sin embargo, soy ésta. No está todavía demasiado claro quién, pero ésta. En cualquier caso: la que se tropieza, la que se rompe y se vuelve a construir, la que se rasga y se lame después, la que se sigue sorprendiendo. Podría haber nacido en otro lugar, haber pasado otro hambre, haber sufrido otras penas. Tiendo a pensar, así es como me salvo, que habría llegado arrastrándome de la misma manera, como un caracol, hasta dar con tus pies. También podría haber sido que no. Que hoy mis refugios no tuvieran cara ni puño, que revolverse no significara un acto de rebeldía y mucha fe. Que cerrar los ojos no funcionara y que la magia hubiera dejado de interesarme a la edad de nueve años. Pero soy ésta: a pesar de mí. ¿No es cierto que soy ésta y que ya no me cuesta serlo? Que va fluyendo, que el duelo no me da mordiscos fieros y los fantasmas son afables compañeros que guardo en los cajones que quedan a la vista. También hubo un tiempo en que fui otra. Hablar de ella hoy no significa otra cosa que reconocerla y aceptarla; que todo al fin pasa por el perdón, como el hilo por la aguja, para seguir y seguir tejiendo. La que hoy soy, hoy recibe. No sé hasta qué punto para haber recibido yo tuve que cultivar. Tampoco es preciso que sepa contestar ya mismo todas las preguntas. Todo es cuestión de relativizar, de respirar y de creerse un poco que la vida no nos fue dada como en un descuido. Creíamos que sí, estábamos convencidos; la vida nos fue dada a nosotros porque era a nosotros a quien nos pertenecía. Pero podría haber sido otra (y tú también) que hoy recibe y no se sorprende, que hoy es y le pasa desapercibida esa existencia. Pero no lo soy. Soy ésta que ahora no puedes ver pero te está tocando. Como si la balanza del mundo estuviera en deuda conmigo, como si de pronto el cielo entendiera de mi apuesta, de mi conquista, de mi vulnerabilidad y mi acierto, me han sido concedidos una jaula sin rejas, un corazón permisivo, un sueño para soñarlo. De no ser yo, rechazaría todo cuanto me fuera dado. Pero soy yo, y recojo el fruto que me es dado sin preguntarme si lo merezco, si fui yo quien estuvo sembrando todo este tiempo de sequía. Lo recojo y le busco el acomodo perfecto para que no se deforme ni se convierta en podredumbre emocional. No han sido en vano ninguna de las que tuve que ser para la que hoy soy. Que pueda sorprenderme de ser lo de ahora es el mejor escudo que me ha sido concedido. Cuándo o por qué, eso ya no importa.

8 thoughts on “Pude haber sido yo misma

  1. “No han sido en vano ninguna de las que tuve que ser para la que hoy soy. Que pueda sorprenderme de ser lo de ahora fue el mejor escudo que me fue concedido. Cuándo o por qué, eso ya no importa.”

    Lo he leído de un tirón y a veces conteniendo la respiración. Profundo. Sin lugar a dudas es profundo y me quedo con la perla de las frases del final.

    Te dejo un abrazo de alma gemela Fusita.

  2. Es difícil no preguntarse cosas un domingo cualquiera, y quizá sea más difícil encontrar de una vez todas las respuestas… por estas cosas, por estas palabras, estoy seguro de que siempre serás quien tú quieras ser, cómo y dónde quieras…

    y sí, también eres ésta que, de momento, no puedo ver, pero de una forma u otra también a mí me estás tocando…

    Un beso enorme, escritora

  3. Es que en el orden lógico de la vida, algunas no podemos vivir, (aunque en esa felicidad artificial todo fuese plácido y cómodo) sin embargo, rotas (no dobladas, sino rotas) podemos reconocer la vida, la vida, la vida.

    No somos de otra manera. Somos así. Pero y qué?…la progresión de la vida para todos es la misma. Unos la viven a manera de plantas, otros a manera de animales, otros a manera de huracanes, otros a manera del mar, otros a manera de locas derivas…

  4. Ha vuelto la sorprendentemente madura Fusa. La que se tropieza, la que se rompe y se vuelve a construir es, seguramente, si no la mejor, si no la única, tal vez si en algunos casos, en el de muchas, diría yo, la única posible forma de vivir.

  5. Malvada Bruja del Norte: si se escribe del tirón y a veces conteniendo la respiración, también se tiene que leer de la misma manera. Hoy necesitaba escribir esto mucho. Quédate con las frases del final y con todas las que quieras, que, si se escribe para algo (para salvar el propio corazón), es para que se lea y se vuele.
    Un abrazo muy, muy grande, guapísima.

    I. Ballestero: es realmente muy difícil no preguntarse cosas un domingo cualquiera, sobre todo cuando se sabe de antemano que no va a haber respuestas. Por eso es tan maravillosa la sensación de no necesitar todavía las respuestas, a pesar del domingo, a pesar de la creciente pregunta. Si es verdad que puedo ser quien, como y donde quiera… por primera vez, y espero que no por última, me quedo en mi pellejo (y cerca de personas como tú, por favor). Si puedo aspirar a algo, I., quiero que sea a tocar al que lee.
    Un beso enorme, amigo.

    Say: no siempre resulta tan fácil ese “¿y qué?”. Yo misma, no siendo tan distinta, no me he conformado con mi propio caos, a pesar de que me pudiera gustar en ocasiones. Ahora ya sé que hay un orden que existe dentro del desorden, y que ése, por suerte (así lo veo ahora), es el mío. ¡Pero no es tan fácil! Y me alegro de que ahora sí me lo parezca.
    Muchas gracias, Say, por tus palabras.

    Bel M.: es cierto, es la mejor y la única manera de vivir, si queremos entender bien lo que es vivir (al raso, sin protecciones, con asombro). Ya está, ya está todo quitado de encima para atreverme al tropiezo, la rotura y la construcción. Siempre hay tiempo para lamerse las heridas, siempre. Para algo debo tener la lengua, además de para saborear.
    Una abraçada molt forta, Bel.

    Miss Chisolm: y aunque no siempre me he sabido reconocer tal como tú me ves (¡nadie nos enseña a saber encajar tanta luz!), estoy encantada de que tú me veas y me crees tal como podría ser. Muchas gracias, A.

  6. hubo una vez en la que pensé que no eras quien eres :) es bonito reconocerse a uno mismo, sobre todo, en un tiempo en el que nada más te sostiene, y te quiebra el no reconocer todo lo demás,
    un texto genial :) un abrazo :)

  7. Textos como éste, sabes que son lo que al llegar a tu casa por primera vez y no hace demasiado tiempo, hicieran que me quedara en ella. Cogí una silla chiquita y me acomodé en tu sala, dispuesta a beberme tus palabras.
    Entiendo bién lo que dices, incluso demasiado bién y ojalá nunca pierdas (aunque se que no ocurrirá)el poder de la sorpresa, de la magia,de la fe y sobre todo de la rebeldía.

    Creo que saber aceptarse es uno de los mayores logros que podemos alcanzar. Aceptar todos nuestros yo, oirlos, acunarlos y acogerlos en nuestro interior. Creo que ahí reside el éxito.

    Uf y no parezco yo, verdad, tantas lineas seguidas, pero este exto de hoy me ha llegado muy dentro Fusa.

    Un abrazo

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