Y otras cosas más o menos serias

Chantal Akerman

no me resulta extraña, la tristeza,
ni tampoco molesta ni ajena

está aquí instalada, en mí,
desde que un verano descubrí
que el recuerdo de la infancia
no iba a defenderme de la
solemnidad y tirantez de la edad madura

fue descorazonador

desde entonces vive aquí, la tristeza
rozándose con todo cuanto toco

se roza con los libros, se roza con las
sábanas, se roza con todos mis amores,
se roza con la luz, se roza con las sobras
de la cena de la noche anterior, se roza
con el perchero, con los sombreros que
cuelgan de él recordando en la oscuridad
una silueta humana
de un humano que no existe

en ese verano no existías todavía
no podías salvarme de la tristeza

no importa, ya no es necesario
está aquí, instalada en mí
y es perfectamente compatible
con las pocas cosas que tengo

libros, sábanas, amores, luz, sobras,
la noche anterior, un perchero,
sombreros, oscuridad

también tú, la perfecta silueta
de un humano a punto de existir
empezando

8 thoughts on “Y otras cosas más o menos serias

  1. venía comprendiendo y sintiendo todo el poema (profundamente)…y en las últimas 4 líneas me quedé desconcertada, …A PUNTO DE EXISTIR EMPEZANDO !!!
    (hermoso)

    (igual lo sigo procesando)

  2. Emma Gunst: jaja, qué linda. Me has hecho sonreír con tu comentario. He vuelto a leer el poema, para ver si también a mí, una vez fuera de mí las palabras, se me escurrían las últimas cuatro líneas. ¿Es como nacer, ese final? Y como nacer no me refiero solamente a un bebé, sino a cualquier nacimiento. ¡Sigamos procesando, entonces!
    Un abrazo y gracias.

  3. Mi compañera hizo una entrevista muy interesante con Chantal Akerman para un libro sobre cineastas en el mundo. Desgraciadamente se publicó el libro solo en holandés.

    Bel poema, sobre esa tristeza 'instalada en mí'. Parece una tristeza rica, si entiendes los que quiero decir con esto.

    Un abrazo

  4. ¡Giovanni! Cuánto tiempo. Me alegra mucho verte por aquí. Y me da vergüenza y mal de corazón darme cuenta de tooodos los días que llevo lejos de vuestras casas. Quizá ahora, con más tiempo…
    Es una tristeza rica, sí: controlable, pacífica, sin mordiscos. Como digo, compatible con mis cosas.
    Un abrazo grande. ¡Y gracias!

  5. A mí me gustan las tristezas que se ponen cómodas al llegar, que no molestan en exceso, que silenciosas pasan por mi lado y se quedan como si tal cosa…

    Con los humanos más o menos igual.

    Besos en verso!

  6. Los seres humanos estamos siempre empezando. Roberto Matta me dijo un día “el hombre ya no sucede…”
    Me encanta conocer el sitio de mar en las islas Marshall. Un beso.

  7. Esa tristezas de experiencias anteriores, convertidas ya en parte nuestra y con las que hemos aprendido amablemente a convivir y que es bueno que estén ahí, en nosotras, van en el lote de lo que somos, y es bueno mostrarlas a quién forme parte nueva con nosotras.
    (una parida, lo se)
    Besos

  8. Margot: a mí también me gustan. He acabado por aprender a convivir con según qué tristezas (me encanta ese fragmento de Cortázar que dice: Por lo demás hay que ser imbécil, hay que ser poeta, hay que estar en la luna de Valencia para perder más de cinco minutos con estas nostalgias perfectamente liquidables a corto plazo). No me molestan… son como mascotillas.
    Un besazo, guapa.

    Marcela: qué maravilla las islas Marshall y cómo Pájaro de China me subió a lo más alto del atolón, convirtiéndome en la compañía de Theo.
    Estamos siempre empezando y, también, siempre acabando. Suerte o desgracia, eso ya…
    Bienvenida y gracias. Un beso.

    Carmela: no es una parida, es exactamente lo que dice el poema, pero de forma más clara y concisa, sin rodeos. Nada de parida, no digas eso. Es bueno mostrarlas, sí, estoy de acuerdo contigo.
    Un abrazo muy grande.

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