Mi abuelo está muerto y todos
pasan por su lado y le besan
la mano y comentan que todavía
no está frío. Mi abuelo está muerto
y nadie le besó la mano mientras vivía.
Me quedo frente a él y el pecho
le sube y le baja en un secreto para
mí, como un último guiño. Mi
abuelo está muerto y su boca sabe
a pintalabios de mujer, a beso
robado, a equipaje, a impaciencia.