Si pudiera, como tú:
vencerme una vez más,
mezclarme con
parientes fantasmas,
reconocerlos, confundirme,
rendirles cuentas
(rendirte tú)
sólo por quedarme
un rato más
en la negrura.
Abandonarme,
abandonaros.
Pero mi condena es
precisamente
la de seguir teniendo
fuerzas.
Madre mía!, hoy que tengo un d´´ia digamos “de bajón”, me viene de maravilla la frase “Pero mi condena es
precisamente
la de seguir teniendo
fuerzas”. La interiorizo.
Estonetes: interiorízala y llévatela adonde quieras, aquí ya no me pertenece, es para ti, para este día, para los días como éste.
Mucha fuerza y un saludo.
compartimos
la
condena*
bello, muy bello
mil besos*
Rayuela: es un honor compartir contigo cualquier cosa, Silvia, pero más todavía si es esta condena.
Un abrazo.
Ese final es fantástico.
Besos.
Isabel Martínez: sí, el mensaje, lo que yo quería decir, lo que meto en la botella y lanzo al mar, está ahí, en el final, con la fuerza.
Besos también.