Cuando pensamos en una madre, en una buena madre, lo que nos devuelve la literatura es una mujer servicial, paciente y entregada al cuidado de su hijo. Del mismo modo que el amor o el sexo, la maternidad está idealizada en el arte, confundiendo a unos y desalentando a otras. ¿Por qué una buena madre está siempre relacionada con la renuncia a su propio empleo, a su vida, a su sexualidad y a sus tiempos?
No lo se, pero es la enorme razón que no me deja ser madre.
Cierto… lo que sobran son las renuncias innecesarias.
Bss
Porque esa mirada literaria es la del hombre, la del miedo a perder el soporte vital. Un miedo que con frecuencia la violencia disfraza de valentía o superioridad.
Un saludo
Jenn
Tus artículos son los que yo escribiría y al final nunca escribo.
Dame un correo y te envío unos links.
(alvifran55@yahoo.es)
Como no lo soy, ni nunca lo he querido ser, pues no puedo decirte.
Me alegra encontrarte otra vez, un abrazo.