4 enero 2013
Para Silvia y Susana
un dolor pasado a limpio
un dolor intelectual
un dolor ordenado
silencioso
pertinaz
no el dolor creativo
dulce-amargo
orgullo de una
un hueco para el hijo
en las entrañas
ese dolor pesado
y devastador
y angustiante
que te coge por dentro
y lo hiela todo
y te inmoviliza
y te incomoda
porque no había un lugar para ese dolor
digamos: un dolor imprevisto
quién lo trajo
a qué vino
cuánto se queda
tres días tres
te doy tres días
para que desaparezcas
y tú vuelvas en ti
y yo vuelva en mí
y en ti
Gran-de.
Qué pena que para ser uno mismo, tengamos que ser de otro primero.
Guá-pa.
Gracias por el comentario, Nacho, porque el poema va exactamente de eso.
me encanto, la dualidad del ser lo que se quiere o lo que esperan.